El entorno laboral puede presentar una serie de demandas y presiones que pueden generar estrés, como altas cargas de trabajo, plazos ajustados, expectativas de rendimiento, conflictos laborales, falta de control sobre el trabajo, largas jornadas laborales, falta de equilibrio entre la vida laboral y personal, entre otros factores. El estrés laboral crónico y no gestionado puede tener efectos negativos en la salud física, mental y emocional de los trabajadores, ya sea a nivel personal como organizacional.
Algunas de las consecuencias pueden ser:
- Disminución del rendimiento: El estrés crónico puede afectar la capacidad de un individuo para concentrarse, tomar decisiones, ser innovador, completar tareas y mantener un alto nivel de productividad en el trabajo. El estrés prolongado puede agotar los recursos mentales y emocionales de una persona, lo que puede resultar en un rendimiento inferior al esperado, además cuando varios empleados experimentan estrés, puede afectar la productividad general de la organización.
- Aumento de errores: El estrés puede hacer que una persona cometa más errores en su trabajo. La falta de claridad mental y la presión constante pueden aumentar las posibilidades de cometer errores en la toma de decisiones, la comunicación y la ejecución de tareas, lo que puede tener un impacto negativo en la calidad del trabajo y aumentar los costos para la organización.
- Ausentismo y disminución de la motivación: El estrés crónico puede llevar a una disminución de la motivación y el compromiso con el trabajo. Las personas que experimentan estrés pueden sentirse agotadas, desanimadas y con falta de energía, lo que puede llevar a una disminución de la asistencia y la participación en el trabajo.
- Desequilibrio entre la vida laboral y personal: El estrés laboral puede dificultar el equilibrio adecuado entre la vida laboral y personal, lo que puede afectar negativamente la calidad de vida y el bienestar general de los empleados.
- Incremento de conflictos interpersonales: El estrés puede aumentar la probabilidad de conflictos interpersonales en el trabajo en equipo. La presión y la tensión del estrés pueden provocar que los empleados se muestren más irritables, impacientes o emocionalmente sensibles, lo que puede dar lugar a conflictos y tensiones en el equipo.
Para mitigar los efectos negativos del estrés en el trabajo en equipo, es importante que los líderes y los miembros del equipo adopten medidas adecuadas de manejo del estrés, como: promover una comunicación abierta y clara, fomentar la colaboración y el apoyo mutuo, gestionar los conflictos de manera constructiva, promover un ambiente laboral saludable y equilibrado, y reconocer y valorar el trabajo en equipo y la contribución de los empleados, entre otras.
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Con gusto te atenderemos.
Josefina Barboza Avilés
Licenciada en Administración y Relaciones Industriales, por la Universidad Panamericana.
Máster en Gestión de los Recursos Humanos en las Organizaciones, por la Universidad Autónoma de Barcelona.
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